Me cuesta aceptarlo, pero estoy en negación, lo estoy desde que paso y desde que sentí que era verdad aunque en ese momento me negué a creerlo, me acababan de decir que me fuera al hospital porque mi papá se encontraba mal y yo tenía mil cosas en la cabeza, cuando llego mi esposo y nos fuimos algo dentro de mí me "aviso" que mi papá se había muerto, pero me enoje por siquiera pensarlo, me puse de malas conmigo y me dije a mi misma que estaba loca, que eso era imposible, que cómo era posible que si quiera lo pensará, no podía aceptarlo y definitivamente no puedo aceptarlo, me está costando mucho, lagrimas y más lagrimas y parece que nunca se acabarán, recuerdo que no quería llegar, pero me convencí a mi misma que mi papá estaría bien, pensé mil veces en que lo vería, lo abrazaría y me diría (como solía hacerlo) que me fuera, que no me preocupará, que él estaría bien y que me fuera a hacer mis cosas, siempre tan fuerte, siempre tan valiente, siempre demostrando que podía con lo que se le pusiera enfrente, siempre demostrando fortaleza, siempre preocupado por nosotros, así que con esa idea entre al hospital, convencida de que todo estaría bien, cuando mi hermano me dijo que mi papá "se había ido", lo primero que pensé fue "ya se fue a la casa y me pregunté por qué razón mi hermano seguía ahí", de verdad que no concebía la idea a estar sin él, cuando me explico todo tuve que sentarme porque mi cuerpo dejo de responderme por unos instantes, sentía que desfallecía y que todo se revolvía dentro de mí, recuerdo haber ido dos veces a vomitar porque no quería aceptarlo, todavía le dije al doctor que si estaba seguro y pedí ver su cuerpo, pero me lo negaron, lo único que pensaba era "Quiero, necesito un abrazo de mi papá", hasta el día de hoy siento que nada aliviará mi dolor hasta que no venga y me abrace, pero es imposible, así que no tengo idea como podré consolarme, como ya les dije, quise ese momento para mí y además no quería la lástima de nadie, no quería escuchar que "era lo mejor", si aún recuerdo tantas frases que simplemente no logran penetrar en está armadura que me puse y que me niego a quitarme, desde el "que bueno que no sufrió" hasta el "ya está en un mejor lugar", odio eso, odio que pueda estar mejor sin mí, sin todos los que quería, haciendo lo que amaba, de pronto me consuelo al pensar que está con su mamá, con aquella abuela a la que nunca conocí, la que lo tuvo que dejar por causas de fuerza mayor a los 9 años y a la que siempre extrañó, es mi único consuelo, pero siento que es un consuelo tonto, nadie me asegura que sea verdad que ahora esté con ella.
Mi papito se fue un martes y lo llevaríamos a incinerar hasta el día viernes, teníamos que esperar a mis hermanas, una llego pronto de Monterrey, pero la otra tardo mucho viniendo desde Australia, así que fueron días angustiantes, viendo entrar y salir gente de su casa, recibiendo pésames y palabras de aliento, saludando a viejos conocidos, re-escuchando historias de cómo era mi papá, anécdotas, lagrimas, y yo veía el ataúd con mi papi adentro, lo veía y no lo veía, no sentía que fuera él, mi papito lindo, mi héroe, no veía sus ojos, su sonrisa, nada, pero quería tanto tocarlo, tontamente creía que al abrazarlo podría despedirme y que todo estaría mejor, eso me mantuvo a flote durante ese tiempo, la espera de ese momento... así llego el día viernes y cómo le había solicitado a mis hermanos, antes de que subieran el cuerpo de mi papito a la carroza fúnebre abrieron el ataúd para que pudiéramos tocarlo y despedirnos, obviamente fui la primera y corrí a abrazarlo.... sin embargo fue la sensación más horrible que existe, fue peor que abrazar una piedra, no era mi papá, ya no estaba ahí y ese cuerpo no era su cuerpo, era un algo que no reconocía, sentí tan horrible que me tuve que armar de valor y detener a mis hermanas, les pedí que por favor no lo abrazaran, que se sentía horrible, les dije que si se querían despedir pusieran sus manos en su pecho y le dijeran adiós, eso hicimos, las tres juntas unimos nuestras manos en su pecho y nos despedimos, mi hermano no quiso tocarlo, así que mis ganas de que esa despedida se diera se esfumaron, pero siento que sigo necesitando abrazarlo y decirle adiós, como no lo acepto me he preguntado a mi misma cómo me hubiera gustado despedir a mi papito y lo único que viene a mi cabeza es la película del gran pez, siempre nos gustó esa película y aunque muchas películas me recordarán siempre a mi papá, cuando vimos esa le decía que así era él y en realidad así me hubiera gustado despedirlo, decirle adiós abrazándolo, besándolo, dejándolo ir tranquilo, sabiendo que vivió al máximo y aunque así fue para mi 40 años a su lado me son insuficientes, quería tenerlo más tiempo a mi lado, me imaginaba que estaría mucho más tiempo a nuestro lado, aún no entiendo cómo fue que se marcho tan pronto y tan rápido. Dicen que debo hablar de todo esto que siento, pero no puedo, escribirlo es diferente y por eso lo hago, esperando aliviar mi alma y tranquilizar mi corazón.
Quiero creer en la vida después de la muerte, quiero que se me aparezca en sueños, quisiera que su espíritu viniera a visitarme, quisiera poder seguir hablando con él y sentir que me escucha y oírlo, pero no pasa, no logro aceptarlo, sigo pensando que es mejor no hablar de eso, sigo creyendo que un "lo siento mucho" de los que me conocen o los que lo conocieron no cambia nada, por eso no lo grito al mundo, por eso siento que sigo en negación.
Hoy por la mañana corría y mientras corría sentía que por fin entendía lo que sintió Forrest Gump cuando Jenny se fue y comenzó a correr, de pronto eso quisiera, correr y llorar, mientras corría no paraba de llorar, mientras escuchaba canciones que también me recuerdan a mi papi, comprendí que siempre habrá algo que me hable de él, algo bueno que decir, una enseñanza, un algo y ahí estaba yo, corriendo y llorando, todo para acabar y regresar al lado de mi familia, mi fortaleza en estos momentos, y mientras les decía que me había ido bien trataba de dejar de pensar en lo roto que sigue mi corazón. En serio que de pronto siento que no puedo, que nada nunca podrá sanarme y recuerdo como mi papá extrañó a su madre por más de 60 años y pienso que me falta mucho por seguir extrañando, y que tal vez nunca se sane mi corazón..... Y tal vez al sacarlo vaya mejorando lo que siento.... No sé pero lo sigo intentando....