martes, 31 de julio de 2012

Mi hijo y sus ocurrencias.

Todos los niños en su proceso de aprendizaje se vuelven ocurrentes, algunos confunden palabras, otros obviamente no pronuncian bien y se entiende otra cosa, hacen preguntas graciosas, caras, gestos, ríen a carcajada abierta, se expresan abiertamente sin temor al ridículo, es fascinante ser niño y no tener que preocuparse por reglas y normas sociales, adoro ver a las niñas en la calle vestidas de princesas o con una corona sintiendo en su corazón que son especiales y claro que lo son, creo que muchos de nosotros como adultos jamás lo haríamos, nos sentiríamos ridículos, fuera de norma, tontos, o algo parecido, aunque en el fondo tal vez nos encantaría salir un día con pijama a desayunar, o bien ponernos un incomodo vestido de princesa para ir a la tienda, pero no, nos volvemos más "precavidos" y claro que tenemos miedo a quedar mal con la sociedad. 

Pues bien, mi hijo siendo un pequeño de tres años a quien se le ha estimulado a ser niño tiene la ocurrencia de querer vestir todos los días con algún disfraz, sobre todo el de su súper héroe favorito "IronMan", así que va por la calle disfrazado y sintiéndose muy feliz, si alguien le pregunta su nombre él contesta "aman", claro que no puede decir "IronMan", no aun, como mamá confieso que me encanta tener un niño que hecha a volar su imaginación y que es un niño normal, que gusta de los juegos, adora brincar e imitar a aquellos personajes de sus películas, hacer poses de Kung Fu, justo como Kung Fu Panda, usar una mochila en la espalda como Dora la Exploradora, sacar telarañas de su mano como Spiderman, volar al espacio como Buzz Lightyear, montar un caballo como Woody, en fin, imita los personajes que ve y para mi es un completo placer observar cada movimiento, cada cara, ser niño es tan increíble, es maravilloso como mi hijo puede ver 20 veces la misma película y se sigue maravillando con algunas escenas como si nunca hubiera visto la película, pero que de hecho sabe que va a pasar y repite cada uno de los diálogos, y ahí voy por la vida, con un niño súper héroe por la calle, donde llama la atención de muchos, o bien con su sombrero que últimamente no quiere soltar, adoro cada una de esas ocurrencias de niño, como el hecho de que ahora me llame "Ubis" en lugar de "Mamá", y no me enojo, aunque sé que si suelo enojarme por muchas otras cosas, tanto así que mi hijo cuando me dice mamá me ha rebautizado como "Mamá Hulk", al principio me lleno de tristeza, de indignación y no podía creer que mi hijo me viera como ese súper héroe verde y gigante que se enoja, grita y rompe todo, hasta que mi esposo me ayudo a entender que Hulk es muy inteligente, pero también muy emocional, que no le hace daño a los inocentes, así que quiero creer en esa parte, o al menos con esa me quedo. Me encanta que mi hijo sea el niño que es. Tal vez no es el más gracioso de los niños, no dice las cosas más chistosas, no es el alma de la fiesta, ni el mejor bailarín, o el que mejor hable, pero para mi es el niño más maravilloso que existe y amo verlo crecer. 

Gracias por leer, un beso. 

viernes, 13 de julio de 2012

Esa horrible sensación de equivocarse...

Los errores en los seres humanos son tan comunes, sobre todo cuando se es tan imperfecto como lo soy yo, para algunos las equivocaciones son esas pequeñas cosas que nos hacen crecer y sobre todo aprender y eso esta bien, me encanta pensar de esa forma, siempre encontrar el lado positivo de las cosas y sacar un aprendizaje de cada experiencia vivida, sin embargo como madre las cosas se ven diferentes, sobre todo si se es una madre tan exagerada como lo soy yo, confieso que si, lo soy, tal vez por mis propias experiencias  y un poco por todas aquellas cosas que escucho o leo.

Pues bien tengo un millón de traumas que por alguna razón se forjaron en mi, he aprendido a no culpar a mis padres (al menos no tanto), sin embargo he visitado a varios psicólogos a lo largo de mi vida para superar estos muchos traumas, y aun no consigo quitarlos todos. Por esta razón una de mis metas ha sido hacer lo posible porque mi hijo no tenga traumas, claro suena imposible, pero cada una de mis acciones están encaminadas a conseguir los menos traumas posibles en mi hijo, aunque me he equivocado mucho.

En algún momento les comente sobre lo gritona que era y lo mucho que he mejorado en ese sentido, obviamente entre las muchas pequeñas cosas que buscamos cambiar como padres es no afectar a nuestro hijo con castigos físicos y tampoco con ningún tipo de castigo psicológico que incluyen comentarios denigrantes, hemos quitado de nuestros pensamientos el llamarle niño grosero, o niño malo si es que él llega a hacer una acción que va en contra de lo que nosotros creemos que es el comportamiento adecuado, pues creo que nos ha funcionado bien, pero es complicado tener todo el tiempo la mente tranquila para no caer en errores comunes como un comentario de este tipo. 

Y resulta que si, me equivoque, además que las circunstancias de mi equivocación fueron las que me hicieron sentir tan mal. Fue un día entre semana, mi hijo fue a la escuela, hizo mucho ejercicio de acuerdo a su maestra y regreso algo cansado, aunque aun con muchas energías para seguir jugando en casa, jugamos, vimos tele, armamos un rompecabezas y nos dispusimos a hacer un poco de quehacer, yo buscaba el control remoto del cable y antes de eso mi hijo lo había tomado y le dije que lo dejará donde estaba, cuando lo busque no estaba en el lugar que le dije que lo dejara y le pregunte el lugar donde lo había puesto, me señaló el sillón, sin embargo no había nada, estaba molesta porque lo hubiera tomado y en mi enojo le dije "Mi amor me haces enojar porque eres un niño muy desobediente", mi hijo me abrazo y me dijo "Sí mamá, ediente", como diciéndome "si mamá, soy muy desobediente", me sentí muy mal, sobre todo porque me abrazo y se quedo dormido en mis brazos, estaba cansado y por lo mismo no me dio el control remoto, que efectivamente había dejado en el sillón, pero en el sillón se encontraba la caja de los rompecabezas y tal vez cuando guardamos todas las piezas el control quedo dentro de la caja, lo encontré más tarde cuando busque por todos lados, y me sentí muy mal de estar haciendo las cosas mal, pero en verdad que es bien complicado no equivocarse, trato de pensar en las mil frases que no debemos decirles a los hijos, ya que nosotros como padres somos los que provocamos que ellos crean que son "tontos" o que son "malos", u otras características que no pensamos a la hora de hablar, incluso he leído y soy una muestra viviente de los trastornos alimenticios que se provocan simplemente por llamarle a un hijo "gordo" todo el tiempo, definitivamente ser padre no es nada fácil, pero nada fácil, también dicen que si hacemos lo contrarío y llenamos de elogios a nuestros hijos, del tipo "eres el mejor del mundo" y se lo creen pueden llegar a ser egoístas, egocéntricos y al sentirse superiores al resto de las personas llegar a discriminar y cosas por el estilo, así que en verdad se me complica  encontrar un equilibrio entre halagar a mi hijo, pero sin traumarlo para minimizarlo o halagarlo de manera exagerada, así que me quedo con esta horrible sensación de que me he equivocado al decirle directamente a mi hijo que es un "desobediente", pero no sólo por el hecho de haberlo dicho, si no porque sentí que él ya lo empezaba a creer, ¿Cómo es posible que un niño que esta por cumplir los tres años se sienta un hijo desobediente?, la única respuesta es que yo se lo haya hecho sentir. 

Tengo más tarea, más cosas que cambiar y como les dije al inicio, sigo siendo una madre muy imperfecta y como dice el dicho, para muestra un botón. :( 
Saludos y gracias por leer.