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miércoles, 12 de enero de 2011

Mis tres hijos.

Hoy quiero contarles una linda historia de amor y protección.

Tengo dos hermosos sobrinos, son más grandes que mi cachorrito y son los únicos primos hermanos que tiene, son mi adoración. He convivido con ellos desde que nacieron, me fascina cuidarlos en casa y compartir mil cosas. Debido al amor que siento por ellos siempre juego con mi cuñada y le digo que cuando me va a regresar a mis hijos, que me los voy a quedar y cosas así, ella también juega conmigo porque sabe del enorme amor que siento por sus hijos.

Los dos son niños nobles, aunque en ocasiones son un poquito desobedientes y, al fin niños, son distraídos, por ejemplo cuando ven la tele y les tienes que hablar 2 ó hasta 3 veces para que te hagan caso, sin embargo son niños lindos y no tenga queja alguna de ellos. Al contrarío, ahora me encanta más como son de lindos y cariñosos con mi pequeño hijo.

Recuerdo que mi esposo y yo siempre quisimos tener una hija, según nosotros le pondríamos “Tamara” y siempre hablábamos de ella como si estuviéramos seguros que íbamos a tenerla y mis sobrinos adoptaron la misma actitud, hablaban de su primita y decían que la iban a cuidar y a proteger a "Tamarita o Tamarinda" y cosas parecidas, sin embargo en las vacaciones siempre le pedía a mi hermano que dejara a mis niños en casa y unas vacaciones antes de que me embarazara tuvimos la siguiente conversación.

Niños: Tía queremos hablar contigo.
Jaz: Si, díganme.
Niños: Ya lo pensamos muy bien y queremos decirte que no queremos que tengas una niña.
Jaz: Pe, pe, pero, porque. (no lo podía creer y quede asombrada con su comentario).
Niños: Porque mejor queremos tener un primito, no una primita.
Jaz: Pe, pe, pero, porque. (Igual de asombrada y confundida)
Niños: De verdad tía, no te enojes, pero es que no queremos dormir en un cuarto de niña cuando nos quedemos aquí, con flores y color rosa, mejor queremos un primito para dormir juntos en su cuarto.

Hasta ahí quedo la conversación y de hecho los primeros 5 meses de embarazo no se me veía nada de panza, seguía usando mi misma ropa de siempre y todos me decían que no hacía panza porque seguro tendría una niña y después soñé con mi hijo, cosa que me confundía y dudaba mucho, a los 6 meses mi ginecóloga nos informó que había 99% de probabilidades de que fuera un niño. Podrán imaginar la felicidad de mis sobrinos en ese momento, claro y hasta ahora, ya que aun con lo despistados que pueden ser cuando se trata de su primo se vuelven muy protectores, le enseñan juegos y siempre lo defienden. 

La primera vez que escuche que le llamaban “Leonardito” fue de la boca de uno de ellos, cuando les digo que lo cuiden, lo cuidan muy bien, lo protegen, lo observan dormir, le dan la mano mientras caminan, lo cargan, ven sus caricaturas, simplemente lo aman y yo soy la más feliz con mis tres pequeñitos. Aunque en ocasiones mi cachorrito se pone un poco celoso de sus primos, pero en general el amor es correspondido.

En algunas ocasiones confunden a mi pequeñito y cuando estamos cerca de otras personas que no nos conocen nos han hecho comentarios de que piensan que mi niño es niña, la última ocasión fue al estar en un auto simulador, llego una mujer mayor con el que aparecer era su nieto y le dijo: “Ahorita que bajen a la niña te subes”, escuche y después se lo comente a mi esposo frente a mis sobrinos, el mayor inmediatamente dijo: “Tía, porque no me dijiste para decirle algo a la señora, si no sabe para que opina”, me dio gusto y un poco de risa, para ser honestos, porque me encanta que quieran a mi cachorro, pero también risa porque no me imaginaba a mi sobrino todo serio pidiéndole a la señora que por favor no pensará que su primito fuera niña.

La verdad ya quiero tener otro pequeñito, por supuesto quiero que sea niño y estoy segura que mi hijo y mis sobrinos opinan lo mismo, pero bueno mejor no diré nada porque ya me paso que cuando esperaba una niña llego mi amado hijo, que no lo cambiaría por nada, bien dicen que dios no cumple caprichos, veremos como nos va en este año, ya les estaré compartiendo. Un beso y gracias por leer.