viernes, 9 de junio de 2017

Fotos que amo y que odio.

¿Alguna vez has odiado algo y lo has amado al mismo tiempo? Es muy fácil, yo siempre digo que odio y amo el pan, es tan delicioso y tan engordador, amo las garnachas y odio lo que le hacen a mi cuerpo, y pareciera que lo digo jugando, pero una parte es real, aunque no llego en verdad a odiarlos, tal vez ese es el gran problema del porque no dejo de comerlos. También en muchas ocasiones digo que odio mi cuerpo, mi metabolismo lento y lo digo por los 20 kilos que tengo de más. 

Sé que aún con lo mucho que me amo, porque no me mal entiendan, me amo mucho, me cuesta aceptar la realidad de mi cuerpo y me cuesta porque quisiera ser flaca (aunque nunca lo he sido, a lo más era talla 7), me cuesta tanto que no me encanta salir en las fotos, aunque me encanta verme con mis hijos y disfrutar ratos juntos, subo pocas fotos donde salimos juntos, porque siempre tiendo a ver mis defectos en esas fotos. 

Pues bien hace unos días una maravillosa amiga fotógrafa que tengo nos tomo una sesión familiar y obviamente vi mis defectos en todas y cada una de las fotos, vi mis súper cachetes, mis súper lonjas, mis súper arrugas, mis súper defectos en general, pero saben también vi algo muy lindo, vi una maravillosa sonrisa, vi momentos de felicidad y alegría al lado de mi familia, vi recuerdos invaluables, vi instantes inolvidables, con esa sesión tuve la oportunidad de amar y odiar mis fotos, pero al final termine amando unas más que otras, y quise compartir unas fotos que me hacen muy feliz, fotos que están llenas de un gran momento, estoy jugando con mi pequeña Sarah, algo que comúnmente hacemos, la cargo y le doy vueltas en el aire, es algo que le gusta que haga, he hecho eso varias veces, le doy vueltas por el aire en la sala de la casa, en el parque, pero no tenía idea de cómo nos veíamos, de cuanto gozamos cada instante, y aunque al principio no disfrute mucho ver las fotos (repito, por mis grandes defectos), me hacen muy feliz, y me deleito en esos pequeños detalles, la mirada de mi hija, su sonrisa, mi felicidad de cargarla y agradecer a la vida por esos momentos, por estar sanas y por amarnos tanto. 

Me encanta pensar que algún día veré estás fotos de forma diferente, que las amaré aún más que ahora y espero lograr mi nueva meta de tomar más momentos como este, todos deberíamos hacer lo mismo, tomar fotos con los que amamos y conservar tantos momentos hermosos, una vieja frase dice que "Recordar es volver a vivir" y cada que veo fotos de tiempo atrás se dibuja una sonrisa en mi rostro, a veces una lagrima resbala porque extraño esos momentos con alguien que ya no esta, en otras ocasiones suelto una carcajada de recordar lo que pasó durante esa foto, en fin, las fotos son lo máximo y debemos aprender a disfrutarlas en todos los sentidos y no sólo con un cuerpo perfecto o cara sin arrugas. :) Yo sigo aprendiendo. 

Aquí les dejo las fotos.

Mil gracias por leer.