sábado, 26 de marzo de 2011

Las tonterías que me preocupan (preocupaban)

Les confieso que sí, yo he querido ser una madre perfecta, aunque todos los días me equivoco, quiero lo mejor para mi hijo, pero soy súper imperfecta y cometo muchos errores en esta hermosa labor de ser madre… Eso obviamente me preocupa y me ocupa porque no quiero que uno de esos errores del día a día vaya a traumar a mi hijo de por vida, de hecho estoy convencida que me preocupo demasiado, pero así soy, muy preocupona.

Hay cosas que si valen la pena que uno se preocupe y tengo un esposo maravilloso que cada que pienso una tontería me ubica en mi realidad, afortunadamente en mi feliz realidad.
Una de las tonterías que me preocupo al principio fue el ombligo de mi hijo, tenía tanto miedo que le quedara feo, sentía horrible porque según yo no se veía que fuera a quedar bonito, incluso le pregunte al doctor si existía algún tipo de operación que pudiera cambiar la estética del ombligo, fueron ideas tontas, Leo para mi tiene un ombligo perfecto.

Otra tontería fue una de las primeras vacunas que le pusieron a Leo, la BCG, el doctor me dijo que él podía ponerle todas las vacunas a Leo, nosotros accedimos y un día nos citó para vacunarlo, cuando le iba a poner la vacuna le pregunte ¿Doctor cuál es la vacuna que deja cicatriz?, el doctor que aun no metía la aguja en el brazo de mi pequeño la metió y me contestó “Esta”, no podía creer lo que había hecho, yo quería que esa vacuna se le colocará en su pie para que no se le viera la cicatriz en el brazo, pero nada pude hacer, al final Leo tiene una cicatriz horrible porque la reacción que le hizo le afecto a su bracito. Pero esa tontería de la cicatriz me preocupaba…

Últimamente he estado más tranquila y ya no pienso en esas tontería, como mi amado esposo me dice: Jazmincita hay gente que tiene problemas de verdad y no anda pensando en esas tonterías. Mi esposo lindo me ubica perfecto…

Hace unos días una conocida me pregunto si mi esposo o yo éramos “populares” en la escuela, le dije que no, sobre todo yo, mi esposo como fue niño de escolta en primaria y secundaria, pues era más conocido y más popular, pero yo no…. después de contestarle le dije que porque me lo preguntaba y me dijo que ella era muy popular en la escuela, pero que su hijo no se destacaba en nada y que ella creía que Leo era más popular que su hijo… Mi punto de vista (que se lo hice saber) es que eso no es importante y que lo mejor era que nuestros hijos aprovecharan sus clases al máximo…

Bueno al final creo que todas tenemos tonterías que nos preocupan y creo que hacemos mal, ahora agradezco tanto por mi hijo, por su salud, no me importa su cicatriz en el brazo y espero que esta mamá de la que les hablo termine aceptando que los hijos son diferentes a nosotros y que hay cosas más importantes en que pensar que en la popularidad de los hijos.

Muchas gracias por leer, como siempre les mando un beso. 

jueves, 24 de marzo de 2011

Educando con miedo.


Ya van varias ocasiones que les hablo de los consejos y dichos de mi padre, esta es una vez más, recuerdo que mi padre decía: No quiero que me tengas miedo, quiero que me tengas respeto. Bajo ese lema vivíamos el día a día y también tomábamos decisiones. Al platicar con mis hermanos todos coincidimos en que un regaño tipo platica de mi padre nos dolía mucho más que un golpe de mi madre, mi papá siempre estuvo en contra de los golpes, decía que los golpes provocaban miedo de parte de los hijos y que no quería eso de nosotros, él prefería que lo quisiéramos y que ese amor nos hiciera respetarlo y obedecerlo, más no por miedo.


De pequeña peleaba mucho con una de mis hermanas y mi mamá siempre tenía quejas de nosotros, de nuestros pleitos y desobediencias, nos dijo que en la noche que llegara mi papá le diría para que nos diera unos buenos cinturonazos y que así íbamos a escarmentar, al llegar mi papá y después de hablar con mi mamá se metió a la recamara con nosotros, nos dijo que iba a hacer que golpeaba la cama con su cinturón y que nosotras teníamos que gritar, eso hicimos, simulamos que mi padre nos golpeaba y gritábamos mientras mi papá golpeaba con su cinturón la cama, sin embargo después de hacer eso nos dijo que nos sentáramos y se puso a platicar con nosotros, nos hablo del gran amor que nos tenía y lo mucho que le dolía nuestro comportamiento, nos dijo que teníamos que obedecer a nuestra mamá porque ella tenía muchas cosas que hacer y que nosotros teníamos que apoyarla, etc., etc., al final terminamos llorando de verdad porque de verdad sentimos que estábamos decepcionando a nuestro padre.

Puedo decir que por mi tipo de educación estoy en contra de los golpes, aunque algunos amigos me han dicho que en ocasiones son necesarios, no quiero llegar a ese punto con mi hijo. Hace unas semanas mi dentista me dijo que él y su esposa decidieron educar a sus hijos de la misma forma en que a ellos los educaron, que coincidían en muchas cosas y que eso iban a hacer, que si a sus padres les había funcionado no veía el porque a ellos no les funcionará. En lo personal creo que también la profesión a la que nos dediquemos tiene que ver con las decisiones que tomamos, después de estudiar la licenciatura en Trabajo Social, estar cerca y conocer tantos casos de violencia, a niños en sus hogares, a niños en las escuelas, a niños por parte de otros niños violentados en sus casas, violencia en el noviazgo, violencia en el matrimonio (y de ambas partes), violencia hacia los adultos mayores…. Etc., demasiada violencia, tal vez por eso no quiero ni pensar en que mi hijo reciba un golpe, aunque tal vez otros piensen lo contrario y aunque no esté de acuerdo, respeto las decisiones de los demás.

Ahora bien, tampoco quiero que mi hijo me tenga miedo, he de confesar que en ocasiones me desespero y le grito o lo regaño, le llamo la atención cuando esta haciendo algo que no me parece y Leonardo se ríe, cuando lo hace me molesto, porque tal vez el piensa que yo estoy jugando y no es así, entonces le grito más fuerte y unas dos o tres veces se ha puesto a llorar, siento que me muero cuando eso pasa, pero debo ser bien firme para que mi pequeñito entienda cuando algo está mal, que se dé cuanta que esa actitud debe cambiar, o algo parecido. No quiero educar a mi hijo con miedo, no quiero que me tenga miedo, la última vez que lo regañe corrió a abrazar a su papá y yo sentí horrible, afortunadamente mi esposo me apoyó en mi decisión y le hizo ver a Leonardo lo que había hecho mal. 

No todos son quejas, como lo escribí en una de las primeras entradas de este blog, a pesar de lo duro que es tomar decisiones, a pesar de las dificultades y sin sabores de cada día, vale muchísimo la pena ser mamá. Soy feliz con mi hijo y bueno todavía no llega su hermanito, pero esperamos pronto darles la noticia, mientras tanto los invito a educar a sus hijos con mucho amor. 

Muchas gracias a todos por leer. Un beso

martes, 8 de marzo de 2011

Mi instinto materno

Una de las cosas que cambiaron cuando nació mi pequeñito es que despertó en mí algo llamado "instinto materno", me encanta porque ese instinto me ha hecho cambiar algunas ideas que tenía y siempre buscar el bienestar de mi pequeñito, eso lo tengo bien claro, desgraciadamente en ocasiones me desconecto de ese instinto materno por seguir o querer seguir los muchos consejos que todo mundo intenta darme, hay mucha información que nos indica de que forma debemos educar a nuestros hijos, que es lo mejor para ellos, sumado a esa información todo mundo quiere darnos consejos, desde los padres, los amigos, los conocidos, e incluso gente que no conocemos opina sobre lo que hacemos o dejamos de hacer, me he dado cuenta que existen incluso personas que hablan de que determinado estudio ha demostrado que algo es bueno, pero luego me encuentro con que otro estudio habla de lo contrario. 
En este cumulo de ideas y de información me ha pasado que me olvido de mi instinto materno. 

Me pasa sobre todo cuando tengo mil preguntas en mi cabeza y que hay muchas respuestas, respuestas encontradas que me confunden, me desconciertan y me hacen dudar de lo que quiero y sobre todo me hacen olvidar por un momento las necesidades y prioridades de mi pequeñito. 
Algunas de esas preguntas son: 
¿Cuál es la edad ideal para que tu hijo deje de amamantar o para que deje la mamila?
¿Cuál es la edad ideal para que tu hijo empiece a hablar?
¿En qué momento debe tu hijo dejar de usar pañal y avisar para ir al baño?
¿Es bueno o malo para el bienestar psíquico de tu hijo que duerma en tu cuarto?

Estás son sólo 4 de las preguntas que me confunden, al principio y antes de ser madre yo pensaba que lo ideal era que mi hijo dejará la mamila o el pecho máximo al año de vida, no tuve que quitarle el pecho porque nunca lo tuvo, pero la mamila ha sido un proceso un tanto complicado, en todo el día casi nunca toma mamila, sobre todo porque los demás líquidos que toma, los ha tomado en vaso, pero la leche siempre la quiere en mamila, sobre todo por las noches cuando la pide para dormir, así que se la damos, no creí que fuera malo, pero he recibido algunas críticas cuando he comentado con otras madres sobre esto, me dicen que deje de darle la mamila, que aunque llore, “tu crees que mi hijo no lloro, claro que lloro, pero después la dejo, no te preocupes si llora, es normal”, eso me han dicho algunas madres, pero yo no quiero que mi hijo llore,  tal vez algunos pensarán que soy una consentidora, pero lo único que sé es que amo a mi cachorrito. Dicen que el destete es complicado y que debe uno tener cuidado porque eso si les puedes ocasionar traumas a los niños, complicado tema, pero espero que cuando Leo se sienta listo para dejar la mamila lo haga sin problema alguno. 

En cuestión de hablar parece que mi Leo retrocede en lugar de avanzar, pero la verdad lo dejo porque pienso que él hablará cuando se sienta seguro, por otro lado las idea que nosotros tenemos es que Leonardo todavía puede ver y hablar con la mamá de mi esposo, es decir, con su abuela materna, entonces creemos que Leo no quiere hablar porque entonces ya no lo podría hacer con su abuela, tal vez es un consuelo tonto y también me han dicho que hable más con mi hijo, pero si le hablo, le leo libros, le cuento historias, pero él no quiere hablar, me dicen que no le haga caso para que lo intente, en ocasiones de verdad no le entiendo y no tengo idea de lo que quiere, entonces llora desconsoladamente y siento de verdad su frustración. 

Lo del pañal pues ya también lo estoy aceptando, aunque me presionen y me digan muchas cosas de que lo deje sentado, que lo obligue, pero no puedo hacerlo, tengo que ser paciente y dejar que el cuerpo de mi hijo me indique el momento en el que él esté preparado, aunque hay niños que dicen dejan el pañal al año, otros antes de los dos años, como dije antes, debo ser paciente, tal vez cuando entre al maternal le ayude ver a otros niños, estoy en el proceso, ya les platicaré. 

El caso que más me conflictua es el de dejar a Leo en nuestro cuarto o no, al principio yo estaba decidida a que durmiera en su cuarto, por diversas razones se quedo con nosotros, a los 7 meses lo pasamos a su cuarto y ahí durmió aproximadamente 1 año aunque en algunas ocasiones se quedaba con nosotros, ahora Leonardo ya no quiere dormir en su cuarto y a mí me encanta que duerma a mi lado, pero mi pequeñito se duerme encima de mi esposo y él no descansa como quisiera, entonces mi esposo queda un poco cansado, ya buscaré lo mejor para mi hijo, ayer escribí otras líneas en esta parte pero hoy las borre porque ayer durmió con nosotros y se cayó de la cama, también pienso que el lugar más seguro es su cuna, tal vez pase la cuna a nuestro cuarto, pero es que Leonardo de verdad se mueve como lombriz y siempre hemos tenido ese miedo, que se fuera a caer y aunque le ponemos cojines y cobijas, ayer no fueron suficientes y cayó... ya también les platicaré como nos va. 

Ya tenía estas preguntas en mi cabeza y muchas dudas, pero precisamente el libro que estoy leyendo y que hasta el momento me estaba gustando, menciona que no es bueno dormir con los hijos, eso me molesto un poco, debo ser sincera y me hizo cuestionar todo el libro y las dudas llenaron mi alma y mi día. 

Afortunadamente me puse a platicar con varias mamás Tuiteras que me ayudaron a reconectarme con mi instinto materno, debo aclarar que todos los instintos maternos son diferentes y todos nos van a guiar al bienestar de nuestros pequeños, las decisiones que tomemos pueden ser completamente contrarías, pero si están conectadas con nuestro instinto entonces serán para beneficio de nuestros hijos. Así entonces trataré de no hacer caso a comentarios y a mil cosas que lea, ya que al final lo que a unos les haya funcionado no quiere decir que sea lo mejor para mi hijo.

Gracias mamás tuiteras (@palex21 @mimeri2010 @beres7 @mamasybebes @lovmachine @ishamommy @mamainexperta @martyta_lauryta ), por estar ahí, por apoyarme y por ayudarme a no angustiarme y a buscar siempre el bienestar de mi pequeñito.  

viernes, 4 de marzo de 2011

Mis primeras impresiones de mi hijo rebelde....

Es verdad, no me gusta cometer errores y aunque amo a mis padres reconozco que tuvieron errores en su modo de “educarnos”, bueno la verdad es que tampoco soy nadie para juzgar y algunos podrán creer que fueron los mejores padres pero nadie estuvo ahí para saber cómo fueron las cosas, la realidad es que habemos muchas personas que tal vez nos encontramos un poco a disgusto con la forma en la que nos educaron, o quizás pensamos que pudo haber pasado de otra forma, no lo sé, siempre ando divagando y estas son otras divagaciones mías, el punto es que por querer no hacer lo mismo, hacemos lo opuesto y si una cosa no funciono, tal vez lo opuesto tampoco…

Ahora mismo me encuentro leyendo un libro que nos recomendó la maestra-psicóloga del centro de estimulación temprana al que llevo a mi hijo, el libro se llama: Disciplina con amor, cómo poner límites sin ahogarse en la culpa.

Lo más seguro es que me tarde un poco en leerlo porque acordamos hacerlo juntos, es decir mi esposo y yo, pero con sólo leer la introducción y los primeros dos capítulos quedamos un poco asombrados, confundidos y dispuestos a prestar atención a lo que hacemos en cuanto a la educación de Leonardo se trate.

Yo sé que todos queremos lo mejor para nuestros hijos y entonces tratamos de darles lo que nosotros no tuvimos y por lo mismo puede ser que cometamos errores, cuando alguien te dice “algo le hace falta a tu hijo”, lo primero que piensas es que no le hace falta nada y lo que se puede confundir con cosas materiales, en este caso no lo es, Leonardo tiene mi tiempo, ya no trabajo y me dedico en su gran mayoría del tiempo a él, lo cuido, lo amo y toda la familia lo ama, mi esposo también esta tiempo con él, jugamos, leemos juntos en las noches, hacemos de comer juntos, muchas cosas, así que cuando la maestra sugirió que a Leonardo le hacía falta algo, pensé que ella no sabía nada, le dije que Leonardo tiene todo, ella me escucho con toda la calma del mundo y al final me dijo lo mismo: “a Leonardo le hace falta algo”, obvio me cuestione ¿Qué le puede faltar a mi hijo?, la maestra me dijo, le hacen falta límites y así fue como surgió la recomendación de este libro.

Lo primero que leí fue lo siguiente:
Cómo proteger sin acobardar.
Cómo sostener sin asfixiar.
Cómo ayudar sin invalidar.
Cómo estar presentes sin imponer.
Cómo corregir sin desalentar.
Cómo guiar sin controlar.
Cómo amar y dejar en libertad.

Obvio la autora no habla de recetas mágicas, si no de trabajo en conjunto, así que todavía nos queda mucho por recorrer. Mucho trabajo por hacer, sobre todo para que Leonardo poco a poco entienda algunas cosas y que no le mandemos señales equivocas de lo que estamos haciendo por él.

Nadie dijo que es fácil educar a un hijo y en ocasiones tanta información te confunde, unos te dicen que hagas algo, otros te dicen lo contrario, sólo quiero llenar a mi hijo de amor, hacerle saber que me hace feliz, que somos sus padres, que lo amamos, que queremos hacerlo feliz y que aunque no queremos equivocarnos, tal vez lo hagamos juntos, pero también juntos queremos encontrar la respuesta para ser mejores. 

Esto es un proceso y como les dije ya les contaré como nos va, por el momento les agradezco por leer y por tu tiempo. Un beso.