miércoles, 23 de febrero de 2011

La hora del baño, su favorita.

Ni en sueños me imagine que el día que Leo naciera me diera tanto miedo bañarlo, siempre pensé que sería de lo más fácil, después de todo ¿Qué tan difícil puede ser bañar a un bebé?, pero ahí estaba yo, parada sin saber qué hacer, había leído varias revistas, folletos e incluso 2 libros que decían como bañar, leí las instrucciones una y otra vez… por supuesto que puedo, es de lo más fácil… eso pensaba yo… Pero, todo cambio, cuando tuve a Leo en mis brazos lo veía tan pequeñito, tan indefenso, no quería lastimarlo, me dio tanto miedo el primer baño (así como otras cosas también me dieron miedo), recuerdo que mis hermanas estaban conmigo, pero ninguna de las dos tiene hijos y no teníamos ni idea, todos teníamos miedo, incluyendo mi esposo y mi cuñado…
         
Afortunadamente llego mi mamá y nos ayudo con su primer baño, les debo la foto porque mi mamá no quería mojarse su ropa y Leo ya estaba desnudo, recuerdo que yo gritaba “Ya mamá por favor, apúrate, mi hijo tiene frío”, mi mamá se quito la blusa y así baño a mi pequeñito, me pidió que no subiera ninguna de esas fotos y por eso se las debo, la angustia del momento ahora me mata de risa.
La Sillita que me salvo. 
Después mi esposo me compro una sillita para sentar a Leo dentro de la tina y de esta forma facilitar el baño, me arrepiento un poco de usar esa silla, sobre todo después de que una linda y querida amiga me enseño unos hermosos vídeos de su pequeñito dentro de su tina, moviendo sus pies y en esos momentos sentí que detuve esa diversión y esa oportunidad de que Leo se moviera de esa forma en su tina.
Independientemente de que mi Leo no pudiera moverse dentro de su tina como me hubiera gustado, me fascinaba su amor por el agua, le encantó desde siempre, claro en su tina, aunque aproximadamente a los 3 meses lo metimos en la regadera y la verdad nunca lloro, ni nada por el estilo, resulta que a Leonardo de verdad le encanta el agua, bueno así era hasta hace 1 mes aproximadamente que intentamos nuevamente bañarlo en la regadera y ya no quiso, él se quiere bañar todos los días pero en su tina o bien jugar en el lavadero, lugar donde ahora lo baño, la verdad le encanta y ahí lo seguiré bañando por un buen tiempo, para mi es más fácil y él está encantado.

Desde antes ya había pensado en meter a Leo a unas clases de natación, incluso me dijeron que desde los 3 meses lo aceptaban en una escuela cercana a la casa, no lo hicimos, ahora que estamos buscando escuela para Leo, en dos de las que vimos tienen chapoteadero, aunque tal vez no elijamos esas escuelas, pero ya me pusieron a pensar nuevamente en la necesidad de enseñar a nadar a mi Leito.

      
Soy feliz con mi pequeñito y me encanta bañarlo, me encanta que se moje, que adore el agua, espero que sea muy saludable para dejarlo mojarse en la próxima temporada de lluvias, ya quiero comprarle un paraguas, unas botas y un impermeable y tomarle miles de fotos bajo el agua de la lluvia.
Súper feliz, no se nota??. 
Muchas gracias por leer y compartir. Saludos y besos. 

3 comentarios:

  1. Qué fantástico que se divierta tanto en el agua... necesita una mini alberca para su casa (aunque claro eso implicará un desastre seguro, jeje)

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  2. Me encanto tu post!
    Me hubiese encantado tomarle muchas fotos a mis hijos en el baño pero los nervios no me lo permitieron, ahora que Renata se puede sentar solita aprovecharé para tomarle más.

    Becho!

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  3. que ricura..... con mis hijos es una lucha sacarlos del agua, al igual que al tuyo les encanta... jejeje,

    en todo caso, mejor escuchar llantos al salir que al entrar al agua...

    besos

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