Siempre me pasa lo mismo tengo un tema rodando en mi cabeza, queriendo escribir al respecto, tengo inspiración, me recuesto en las noches y hasta empiezo a redactar las líneas imaginarias (a lo Sheldon Cooper de "The Big Bang Theory") de mi blog, pero luego me despierto y me pongo a hacer otras cosas, menos a escribir... La verdad no es que tenga un mundo de responsabilidades o quehaceres, en ocasiones es sólo mala organización, pero mis responsabilidades de mamá, de esposa, de hija, de hermana, de amiga, también irrumpen en mi deseo de escribir... así son las llamadas responsabilidades u obligaciones de la vida.
Hoy quiero hablar de las obligaciones de los niños, de los hijos como hijos... cuando mi pequeño (que aún es pequeño) era más pequeño mi esposo solía decir su única obligación es querernos, la palabra obligación es algo que no me gusta, en lo absoluto, pienso que tiene que ver con obligar y que no se hace con gusto, por eso no me gusta, no me gusta pensar que tengo obligaciones, prefiero las responsabilidades, en nada me gusta pensar, creer o sentir que es una obligación, como visitar a mi papá, no lo hago por obligación y tampoco por responsabilidad, lo hago por amor, así creo que debe ser con todo y con mi pequeño también enseñarlo a realizar algunas cosas pero sin obligarlo.
El hecho de que los niños tengan ciertas responsabilidades es bueno para ellos, claro siempre y cuando se tenga en cuenta la edad de los pequeños y dichas responsabilidades sean acordes a esa edad, para mi es un poco complicado hablar de obligaciones o responsabilidades a corta edad, existen los dos lados de la moneda, aquellos que dicen que es muy bueno y entre más obligaciones mejor, que los hace más responsables, crecen más rápido y eso les ayuda a relacionarse mejor, esto también considero que es verdad pero sólo hasta cierto punto, como dicen "ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre", yo puedo decir abiertamente que el tipo de responsabilidades que me dieron a mi corta edad me ayudaron a madurar, pero también me enojaron contra el mundo y obvio contra mis padres, claro nada que no se solucionara con una buena terapia, al final sigo estando de acuerdo con tener responsabilidades pero no tienen nada que ver con las que a mi me dieron.
Estoy de acuerdo en dar pequeñas labores a los niños, enseñarles jugando a que vayan haciendo suyas estas actividades, sin obligarlos y sin enojarnos porque no lo hacen, la clave esta en ser constantes y no desesperar en el intento.
A continuación me atreví a realizar una serie de actividades que podemos hacer con nuestros hijos, la primera ya la hice y me ha funcionado de maravilla.
Cantar con mi hijo la canción de "a guardar, a guardar, todo el mundo a guardar, a recoger, a recoger, todo el mundo a recoger" mientras colocamos sus juguetes en el cesto, esta canción la aprendimos en sus clases de estimulación temprana.
La limpieza de la casa y las tareas como "barrer" y "trapear" son entretenidas para los niños y con ellas podemos convivir y motivarlos a ser limpios.
La cocina es un lugar en el que podemos aprender, jugar con el agua (claro sin desperdiciarla) mientras enseñamos a lavar los trastos. El tema de los trastos incluye también el tener en cuenta la edad de los niños y el tipo de trastes a lavar, yo recomiendo no dejar a los niños los trastos de cristal, no por el hecho de que nos los puedan romper, si no por si ocurre algún accidente, ellos pueden salir lastimados, por tal motivo es mejor tener cuidado con la clase de trastos que dejamos en manos de nuestros hijos.
En la cocina también podemos realizar juegos que incluyan la realización de algún platillo, los niños nos ayudan a cocinar, aprenden y se divierten.
Existen otros espacios de la casa en los cuales podemos enseñar a nuestros hijos, por supuesto en su cuarto, sacudiendo polvo de los muebles, echando la ropa a la lavadora, doblando ropa, acomodando algo, los quehaceres son muchos, pero nunca olvidar hacer las cosas divertidas, sin obligar, la regla además en no enojarnos si no lo hacen bien, o si no lo hacen como nosotros, NUNCA se trata de que ellos hagan nuestro trabajo, si no que aprendan y adquieran sus propias responsabilidades con amor.
Las siguientes imágenes muestran a unos niños que no están contentos con sus quehaceres y también muestran a una mamá limpiando el tiradero de los hijos, claro que nosotros podemos hacerlo pero también se trata de que nuestros hijos aprendan, y claro que en nosotros esta el hacerlo.
La clave esta en ser constantes y por supuesto enseñar con el ejemplo.
No puedo hablar por experiencia porque mi hijo es muy pequeño, sin embargo los anteriores son consejos que yo misma estoy siguiendo y que espero me funcionen, ya algún día les escribiré como me va con ellos. Esperando que les sirva de algo lo anterior me despido de ustedes y les mando un beso.
Estoy de acuerdo en dar pequeñas labores a los niños, enseñarles jugando a que vayan haciendo suyas estas actividades, sin obligarlos y sin enojarnos porque no lo hacen, la clave esta en ser constantes y no desesperar en el intento.
A continuación me atreví a realizar una serie de actividades que podemos hacer con nuestros hijos, la primera ya la hice y me ha funcionado de maravilla.
Cantar con mi hijo la canción de "a guardar, a guardar, todo el mundo a guardar, a recoger, a recoger, todo el mundo a recoger" mientras colocamos sus juguetes en el cesto, esta canción la aprendimos en sus clases de estimulación temprana.
La limpieza de la casa y las tareas como "barrer" y "trapear" son entretenidas para los niños y con ellas podemos convivir y motivarlos a ser limpios.
La cocina es un lugar en el que podemos aprender, jugar con el agua (claro sin desperdiciarla) mientras enseñamos a lavar los trastos. El tema de los trastos incluye también el tener en cuenta la edad de los niños y el tipo de trastes a lavar, yo recomiendo no dejar a los niños los trastos de cristal, no por el hecho de que nos los puedan romper, si no por si ocurre algún accidente, ellos pueden salir lastimados, por tal motivo es mejor tener cuidado con la clase de trastos que dejamos en manos de nuestros hijos.
En la cocina también podemos realizar juegos que incluyan la realización de algún platillo, los niños nos ayudan a cocinar, aprenden y se divierten.
Existen otros espacios de la casa en los cuales podemos enseñar a nuestros hijos, por supuesto en su cuarto, sacudiendo polvo de los muebles, echando la ropa a la lavadora, doblando ropa, acomodando algo, los quehaceres son muchos, pero nunca olvidar hacer las cosas divertidas, sin obligar, la regla además en no enojarnos si no lo hacen bien, o si no lo hacen como nosotros, NUNCA se trata de que ellos hagan nuestro trabajo, si no que aprendan y adquieran sus propias responsabilidades con amor.
Las siguientes imágenes muestran a unos niños que no están contentos con sus quehaceres y también muestran a una mamá limpiando el tiradero de los hijos, claro que nosotros podemos hacerlo pero también se trata de que nuestros hijos aprendan, y claro que en nosotros esta el hacerlo.
La clave esta en ser constantes y por supuesto enseñar con el ejemplo.
No puedo hablar por experiencia porque mi hijo es muy pequeño, sin embargo los anteriores son consejos que yo misma estoy siguiendo y que espero me funcionen, ya algún día les escribiré como me va con ellos. Esperando que les sirva de algo lo anterior me despido de ustedes y les mando un beso.