Hace unos días leí la entrada de un blog que sigo y que es de los pocos escritos por papás "Mijo el Fulanito", me encontré con que la mamá del fulanito está preocupada por la seguridad de su hijo, debido a que mi pequeño es unos meses más grande que “el fulanito” ya estamos viviendo esta parte del miedo y cuidado de nuestro pequeñito.
Hemos tomado varias medidas y una de ellas fue (al igual que ellos) el adquirir una pequeña mochila que se coloca en la espalda de los pequeñitos y que tiene una cinta de seguridad para sujetar a mi pequeñito, al principio nos pareció muy buena idea, sobre todo porque a Leonardo le encanta ir a todos lados conmigo y el 90% de las veces quiere seguir caminando, investigando y si yo tengo que hacer algo, buscar algo en mi bolsa, pagar, recibir algo, etc., le puedo quitar la vista un momento y eso es suficiente para que algo pueda pasar.
Les dije que al principio nos pareció muy buena idea, pero después me decepcione un poquito porque un día al salir con Leonardo le puse su mochilita a la espalda y llevaba sujeta la cuerda de seguridad a mi muñeca, unos señores pasaron a nuestro lado y un señor le dijo al otro: “Mira ya saco a pasear a su mascota”, la verdad me sentí muy mal porque no me gusto ese comentario y no me gusta sentir que cuando mi hijo y yo salimos se vea como que estoy saliendo con mi perrito o algo así, entonces deje de usar la mochila por un buen rato y prefería llevar a Leo en mi fular, sin embargo no funcionaba siempre porque efectivamente Leonardo quería bajarse y seguir caminando.
Ahora todo ha cambiado y pienso que la mochila simplemente es una excelente idea, ya no me importa lo que me digan en la calle y no tengo problema alguno, todo por el bien y la seguridad de mi pequeñito, cambie de idea después de platicar con algunas mamás. Un día que lleve a Leo conmigo y su mochila a la tintorería, iba cargando camisas y más camisas y entonces no lo podía cargar, así que me lo lleve caminando y la señora de la tintorería me dijo: “Que bueno que lo trae así porque los niños son tremendos y en un descuido se pierden o se lastiman”, entonces le conté lo que me paso y se enojo mucho, “Quisiera saber quienes son para irles a decir sus cosas, les hubiera dicho algo” me regañaba, entonces me contó la triste historia de que ella perdió a un hijo, sólo fue por 2 días, pero dice que su sufrimiento fue infinito, en el supermercado le quito la vista un momento y su hijo desapareció, afortunadamente lo recupero, pero hasta los ojos se le llenaron de lagrimas, después otro día me encontraba en una tienda departamental y tenía a Leo con su mochilita en la espalda e igual lo tenía sujetado con mi mano, me detuve a ver unas playeras para mi esposo y en ese momento Leo estaba junto a mí, sentí que se estiro la cinta de seguridad y cuando volteo Leo había desaparecido, se metió bajo un cubo de adorno de la tienda, tenía una puerta y se arrastro, pero si no hubiera tenido la cinta yo no lo hubiese visto y tal vez ni hubiese imaginado que se había metido ahí y lo hubiera empezado a buscar por toda la tienda, esto de verdad, fue cuestión de un minuto a lo mucho, así que ahora estoy feliz y le llevo su chango a todos lados, de hecho pueden ver las fotos del día de muertos en las que Leo ya trae su chango–mochila en la espalda. Cuando Leo usa su mochila regularmente salimos él y yo, así que no ando tomándole fotos, se las debo.
Siento que mi paranoia es normal, es la de toda mamá que se preocupa por la seguridad y bienestar de su pequeñito, pienso que también depende del lugar donde cada pequeñito viva, pero la ciudad de México es un lugar muy movido y un poco inseguro, así que lo mejor es cuidar a mi chiquito aunque a algunas personas les moleste.
Muchas gracias por leer y por estar ahí. Un beso.