Parece mentira, me encanta sobremanera la navidad y no suelo escribir mucho de ella, podría poner de pretexto que en estas fechas me dedico a disfrutar las festividades, la realidad es que no me doy tiempo para compartir al respecto.
Pues bien he tenido navidades de todos tipos y colores, tengo bellos recuerdos de mi infancia pasando la navidad en familia y disfrutando una rica cena, platicas con mis hermanos y primos, recuerdo bailar en la sala de casa de mi papá, por supuesto con mis mejores galas, la navidad era la ocasión perfecta para lucir un bello y nuevo vestido, estrenar zapatos y lucir un lindo peinado, ir a arrullar al niño dios en casa de "Doña Geno", una vecina, abrazarnos y darnos buenos deseos, despertar al otro día muy temprano para ver películas y caricaturas de navidad, cargar el colchón de la cama hasta la sala y taparnos con cobijas mientras mis padres seguían dormidos en su cuarto, llevar los restos de comida de la mesa al colchón que quedaba en el centro de la sala y ahí continuar con nuestra navidad.
La verdad tengo hermosos recuerdos de mis navidades, creo que he decidido pasar por alto aquellas veces en que no todo fue tan perfecto. Las navidades se fueron haciendo diferentes al paso de los años, ahora ya no pasamos la navidad en casa de mi papá, sólo el año nuevo, ya casada he tenido que acostumbrarme a pasar la navidad en casa de los papás de mi esposo, quienes no festejan tanto como solíamos hacer nosotros, creo que ayudaba el hecho de que eramos muchos y que además llegaban en ocasiones mis tías o bien festejábamos hasta con los vecinos.
Cada navidad ha sido diferente, sin embargo hay una que siempre voy a recordar y es la que quiero compartir con ustedes, era 23 de diciembre y mi esposo y yo fuimos a visitar a sus papás, su mamá se encontraba enferma y nos pidió que nos la trajéramos a casa, la trajimos, la madrugada del día 24 mi esposo tuvo que salir a acompañar a un amigo a hacer algunas diligencias a una ciudad a unas 6 horas de nuestra casa, por la mañana nos encontrábamos mi suegra y yo en casa cuando ella se comenzó a sentir mal, no podía respirar y me asuste mucho, tomamos un taxi directo al hospital y la retuvieron, me quede en la sala de espera toda la mañana esperando noticias, mi esposo no tenía cobertura porque iba en carretera y yo no sabía como decirle que su mamá estaba hospitalizada el día de noche buena, avise a su esposo y a su hija pero no podían acudir al hospital, así que me quede ahí sola, con ganas de abrazar a alguien, me daban reportes de su estado y por la tarde me indicaron que se podría ir a casa con nosotros si lográbamos conseguir un tanque de oxigeno, mis hermanas me ayudaron a conseguir teléfonos y a hablar, casi todos los lugares estaban descansando, perdí la cuenta a cuantos lugares diferentes marcamos para conseguir el oxigeno, recuerdo que salí del hospital por unos minutos y regrese con la trabajadora social, me dijeron que me estaban buscando y me contó que tristemente muchas personas van a dejar a sus familiares enfermos o simplemente por ser abuelitos los dejan en el hospital ese día, así se pueden ir a disfrutar su cena o salir de viaje sin tener que llevar a sus enfermos, les dije que no era mi caso y que yo esperaba sacar a mi suegra ese mismo día de ahí.
Fue un caos, no hicimos nada de cenar, no teníamos nada, pero tenía a mi familia, mi querida familia que nunca me abandona, milagrosamente conseguimos gracias a mis hermanas un lugar donde rentar un tanque de oxigeno, mi esposo logro llegar a tiempo al hospital y pagar la cuenta (yo no lleve el dinero suficiente), llegamos a casa y llegaron mis hermanas, mi cuñado, mi papá y mi tía, al lado de mi esposo, mi suegra, un tanque de oxigeno y yo pasamos una hermosa navidad, comimos pollo rostizado y robamos algo de la cena que cada quien trajo a casa, nos sentamos a la mesa sin arreglarnos, eso ya no era tan importante, lo importante era que estábamos juntos, cada año sigo agradecida por contar siempre con el apoyo de mi familia y a pesar de que mi suegra ya no se encuentra con nosotros sé que ella también disfruto mucho y agradeció por no pasar ese día en el hospital.
Sé que todos hemos tenido diferentes navidades, al igual que yo llenas de color, de amor, de armonía, de bellos recuerdos, tal vez algunos no tanto, pero si somos creyentes de la navidad sabremos que es una fecha para festejar el nacimiento del salvador y deseo en mi corazón que ese sea motivo suficiente para estar felices y tratar de disfrutar rodeados de sus enseñanzas, por ejemplo el "amar a nuestros semejantes", deseo que nadie abandone a sus familiares en un hospital en estas fechas (ni nunca), deseo que sus hogares estén llenos de amor y armonía, que sus mesas rebosen de deliciosa comida y que tengan agradecimiento en sus corazones.
Mil gracias por leer. Un beso y mis mejores deseos.