La pregunta es respecto a manejar un vehículo, llamado comúnmente coche, automóvil o bien camioneta. En este momento de mi vida mi respuesta surge rápido y fácil, POR SUPUESTO QUE SI, manejar es indispensable y necesario, al menos así lo veo, después de estar negada a manejar por casi 12 años, sin contar el poco tiempo que maneje mientras vivíamos en Mérida, por fin me decidí a manejar.
Me senté a reflexionar sobre los pros y contras de manejar en una gran ciudad, surgieron mil dudas, que yo misma me contestaba, ya había pasado por el proceso de que mucha gente me insistiera en volver a manejar, sobre todo después de tener a mi hijo pequeño, pensé en la comodidad que brinda el salir en coche propio, me preocupe por la contaminación, pero después de todo no saldría tanto, así que lo decidí, volveré a manejar, sabía que tenía una gran responsabilidad, al manejar y no ser precavido (reflexionaba), puedo perder la vida o provocar un accidente. Tenía que ser muy precavida... (y lo seré, estaba convencida).
Tenía muchos nervios, pensaba en los mil accidentes que pueden ocurrir y que ocurren a diario, leí que en México la segunda causa de horfandad son precisamente los accidentes automovilísticos, busque una escuela de manejo que tuviera experiencia, a pesar de tener mi licencia de manejo y un vehículo propio, no me sentía segura, así que preferí tomar un curso, la escuela que busque fue una donde se especializaran en personas nerviosas como yo.
Me inscribí a mi curso e inicie la semana muy bien, algo nerviosa pero efectivamente sus instructores están capacitados para hacerlo sentir a uno bien, tranquilo y con confianza. Mi instructor era un joven de a penas 22 años, como no tengo prejuicios en ese aspecto no me importo su edad, no le dije que ya había manejado, esperaba que me enseñara todo como si fuera mi primera vez y así fue. Mi instructor me dijo que estaba aprendiendo muy rápido y al segundo día ya había hecho un largo recorrido en el coche de la escuela, para el tercer día ya me sentía completamente dueña de la situación y salimos a varias avenidas principales sin ningún percance, estaba tan contenta que cuando llego mi esposo y aprovechando que mi pequeñito dormía y mi mamá se encontraba en casa salimos juntos, me lo lleve en el coche y me felicito, estaba muy feliz.
La estacionada me dio un poco de miedo, no quería golpear los otros vehículos, y por supuesto tampoco quería golpear mi coche, precisamente por ese miedo que tenía mi esposo me pidió que tomara otro curso en la misma agencia pero que ahora fuera en mi coche, yo acepte y me comunique para iniciar cuanto antes, usualmente mi esposo usa el coche, pero me dejo manejarlo un poco esos días y lo dejo en casa para que pudiera practicar en las mañanas, mientras mi hijo estaba en la escuela, llevaba dos semanas manejando en la mañanas pero necesitaba más práctica y es cierto que me sentía mejor acompañada.
Así inicie otra semana emocionada por continuar manejando, al principio quise mantener todo medio en secreto, pero para el fin de semana ya les había contado a todos mis avances, los que manejan me decían que siguiera practicando y poco a poco iba a adquirir experiencia, que después no iba a soltar el coche, entre otras frases motivacionales, en el pasado me había convencido que no lo necesitaba, el transporte público y por supuesto los taxis eran mi gran ayuda, sin embargo después de algunas malas experiencias al viajar con mi pequeño hijo quería continuar manejando y llevarlo a todos lados.
Bromeaba con mi esposo diciendo que me compraría un abono para Six Flags y nos escaparíamos cada semana, salí con mi acompañante a algunas avenidas principales de la ciudad, como llevábamos haciendo las últimas veces, ejes viales, viaducto, circuito interior, calzada de Tlalpan, división del norte y periférico sur, justo ahí fue que todo paso... circulaba a baja velocidad por los carriles centrales, en el carril de la derecha, aproximadamente a 50 kilómetros por hora, me faltaba poco para llegar a la avenida insurgentes, de pronto un camión invadió mi carril, mi acompañante que hasta ese momento se había comportado tranquilo y con voz calmada, me grito "Frena, frena", yo frene, pero el camión ya se había metido y nos había golpeado, la llanta trasera del camión golpeo mi puerta y se atoro en ella, a pesar de que al frenar hice alto total seguíamos avanzando y como mencione antes, al ir en el carril del lado derecho había arboles del lado derecho, no entendía porque no nos deteníamos, mis manos seguían aferradas al volante e intentando esquivar los arboles y desprendernos del camión, no pudimos hacerlo, fue hasta que llegamos a una incorporación de la lateral al carril de alta que el camión nos "soltó" y quedamos ahí varados, encima del camellón, con el coche destrozado, nerviosos y enojados.
Mil cosas pasaron por mi cabeza mientras el camión me arrastraba, por momentos sentía que se iba a caer encima de nosotros, pensé en mi hijo, en mi esposo, por un instante creía que moriría ahí y no los volvería a ver nunca, también pensaba "Qué le pasa a este señor?? por qué no se detiene??", cuando todo acabo comprobé que aun existe gente buena, una señora se detuvo en su camioneta para preguntarnos si estábamos bien, una patrulla llego un minuto después, un taxista le dijo a la patrulla que el camión había tenido la culpa, gente se detuvo a apoyarnos, tristemente comprobé que los accidentes ocurren aunque uno sea precavido, me baje temblando del coche, trate de tranquilizarme, tenía ganas de llorar, de gritar, vi nuestro coche destrozado de ambos costados, dos llantas ponchadas, di gracias a dios por seguir con vida.... El conductor del camión bajo y se dirigió a mi, estaba enojada, quería gritarle, golpearlo, vi su cara un poco asustado, resulta que el camión que manejaba iba lleno de niños de una escuela, precisamente iban de excursión a Six Flags, eso lo supe después, entendí esa expresión... Me pregunto si estábamos bien (cómo vamos a estar bien después de esto), no le conteste, estaba muy molesta, se acerco más y me dijo "Señorita perdóneme por favor, no la vi" (no podía creer que no me haya visto y en ese instante estaba tan enojada que no pude perdonarlo).... Los policías se retiraron no sin antes dejarnos su número telefónico, dijeron que cualquier apoyo que necesitáramos ellos regresaban...
Después paso lo que ocurre en estos casos, hablar al seguro, esperar, esperar, esperar, llega el seguro, esperar, esperar, esperar, una grúa, esperar, esperar, esperar, tardamos mucho, en el inter le hable a mi mamá para que pudiera ir por mi hijo a la escuela, primera vez que me es imposible ir por él, pensé en mi esposo, en la confianza que me había dado, sentí que lo había defraudado, y todavía faltaba más...
Al irse la grúa con el coche tomé un taxi para mi casa, sólo pensaba en abrazar a mi hijo, y eso hice, estuve mal, no acudí a una revisión médica, lo deje para el día siguiente, me tomaron rayos x, el doctor declaro que tengo un esguince de segundo grado, me mandaron medicamentos para el dolor, para desinflamar, pomadas y un collarín, eso no me duele tanto, el problema es que me prohibieron cargar a mi hijo.... él y yo jugamos tanto, me encanta bailar con él en mis brazos, a pesar de sus 17 kilos, ponemos unas canciones y nos carcajeamos mientras intento enseñarle a bailar, también jugamos otras muchas cosas que ahora no podremos hacer, al menos no en los siguientes días...
Y así sigue mi vida, deseando que estos días pasen pronto, viendo como mi hijo es comprensivo y no llora a pesar de que no lo puedo cargar, ver que cuento con el apoyo de mi familia, aun en la distancia y contar con mi mamá que ha sido mi gran apoyo en estos momentos.
Ahora, después de algunos días en que al principio seguía enojada, frustrada, triste, que me sentía impotente por tener que depender de alguien más, yo tan acostumbrada a hacer todo sola... Ya me siento mejor, ya quiero que nos digan si nos entregaran el coche o no, y cuando, la verdad quiero seguir manejando, tristemente me paso esto, no sé porque me paso, pero estoy lista para seguir adelante, no dejaré de manejar, esto no me va a detener, creo que en este instante lo que más me duele es que nunca le pude decir al señor que lo perdonaba, mientras estuvimos ahí me dijo varias veces que lo perdonara y me lo pidió por favor, yo sólo lo volteaba a ver con una media sonrisa en mi rostro, más bien una mueca, pero jamás le dije que si, mi enojo era más grande.... El chofer del camión afirma que otro coche se le metió a él, que se quiso hacer a un lado y que no me vio, que por eso me golpeo, le quiero creer, pero me da coraje que por un imprudente que al final se fue, yo haya salido lastimada, que no tenga coche, que ese señor no sé como le vaya a ir en su trabajo, tal vez lo corran, no lo sé, muchos niños asustados, ahora veo las cosas diferentes, los que me conocen saben que siempre trato de ser positiva y de pensar que todo ocurre por una razón, pero hasta ahora no encuentro la buena razón para que esto me haya pasado.