Leonardo y el frío....

Ya les he platicado con anterioridad que me encanta el frío, la verdad es que me fascina y las cosas frías no se diga, las paletas de hielo son mis preferidas, ¿De qué sabor?  Casi de todos, me encantan las de agua: limón, fresa, guanábana, guayaba, sandia, melón, tamarindo y tejocote, también las de leche: arroz con leche, frutas, fresa, mamey, vainilla y café, igualmente los helados, raspados, bebidas frape, etc., pues al parecer mi pequeñito salió igual a su mamá, al menos en esto del gusto por las cosas frías, desde bebé jamás le gusto la leche tibia, mucho menos caliente, pero que entre más fría estaba él era más feliz, de hecho cuando hacía calor y andábamos de vagos, el agua para preparar la mamila se ponía un poco tibia, así que donde estuviéramos teníamos que conseguir hielos para que Leo pudiera tomar su lechita porque tibia nada más no quería y lloraba desconsoladamente hasta que no le dábamos su lechita fría.

Obviamente no podíamos decir nada por los gustos de mi hijo, si somos una familia que adora el frío, mi papá también es amante de las cosas frías y mi esposo no se queda atrás, bueno no tengo idea si se hereden esta clase de gustos, tampoco sé si el gusto por lo frío empieza a tan corta edad, pero por el momento mi hijo y yo compartimos paletas de hielo juntos, comparte el “Ice” de papá cuando vamos al cine, y le da gusto a mamita al usar gorros, ya estoy pensando en comprarle bufandas, guantes, botas, todo lo que le cubra del frío. 

La relación de Leo con el “Ice”, por ejemplo, empezó a los 6 meses, quizá la textura del hielo molido hizo que aprendiera a tomar con popote de inmediato.

Leo ama los hielitos a mordidas, mi esposo dice que cuando quieras calmar a la bestia que se despierta en Leo al hacer berrinches le des un hielo y seguro se calma, deja de llorar y hasta sonríe.

Este niño precioso me hace feliz a cada instante y al compartir el gusto por el frío me hace más feliz, lo malo es que no le gustan las cobijas, no las tolera, lo gracioso es que en el baby shower nos regalaron como 10 cobijas y sólo 2 eran de nuestra mesa de regalos, así que yo no estaba nada contenta con ese regalo, después lo acepte, me porte mal, era un excelente regalo de las personas que se preocuparon y quisieron llevarle una cobijita a mi hijo, pero ahora es mi pequeño quien no las quiere.

Leonardo duerme con ropa térmica, pijama y mameluco para no tener que taparlo, no tolera algo encima de él, estoy aprendiendo a entender los gustos y locuras de mi pequeñito, pero que se podía esperar con una mamá loquita como yo… pues un hijo exactamente igual, incomprensible y a la vez hermoso. 

Ahora mismo estamos a 0°C, y estoy encantada. A los que no les gusta el frío, lo siento mucho, pero como les platique en otro post, aprendí a amar el calor y los invito a todos a que vean el lado bueno de este clima. Fríos besos hasta donde me lean.