Es verdad, no me gusta cometer errores y aunque amo a mis padres reconozco que tuvieron errores en su modo de “educarnos”, bueno la verdad es que tampoco soy nadie para juzgar y algunos podrán creer que fueron los mejores padres pero nadie estuvo ahí para saber cómo fueron las cosas, la realidad es que habemos muchas personas que tal vez nos encontramos un poco a disgusto con la forma en la que nos educaron, o quizás pensamos que pudo haber pasado de otra forma, no lo sé, siempre ando divagando y estas son otras divagaciones mías, el punto es que por querer no hacer lo mismo, hacemos lo opuesto y si una cosa no funciono, tal vez lo opuesto tampoco…
Ahora mismo me encuentro leyendo un libro que nos recomendó la maestra-psicóloga del centro de estimulación temprana al que llevo a mi hijo, el libro se llama: Disciplina con amor, cómo poner límites sin ahogarse en la culpa.
Lo más seguro es que me tarde un poco en leerlo porque acordamos hacerlo juntos, es decir mi esposo y yo, pero con sólo leer la introducción y los primeros dos capítulos quedamos un poco asombrados, confundidos y dispuestos a prestar atención a lo que hacemos en cuanto a la educación de Leonardo se trate.
Yo sé que todos queremos lo mejor para nuestros hijos y entonces tratamos de darles lo que nosotros no tuvimos y por lo mismo puede ser que cometamos errores, cuando alguien te dice “algo le hace falta a tu hijo”, lo primero que piensas es que no le hace falta nada y lo que se puede confundir con cosas materiales, en este caso no lo es, Leonardo tiene mi tiempo, ya no trabajo y me dedico en su gran mayoría del tiempo a él, lo cuido, lo amo y toda la familia lo ama, mi esposo también esta tiempo con él, jugamos, leemos juntos en las noches, hacemos de comer juntos, muchas cosas, así que cuando la maestra sugirió que a Leonardo le hacía falta algo, pensé que ella no sabía nada, le dije que Leonardo tiene todo, ella me escucho con toda la calma del mundo y al final me dijo lo mismo: “a Leonardo le hace falta algo”, obvio me cuestione ¿Qué le puede faltar a mi hijo?, la maestra me dijo, le hacen falta límites y así fue como surgió la recomendación de este libro.
Lo primero que leí fue lo siguiente:
Cómo proteger sin acobardar.
Cómo sostener sin asfixiar.
Cómo ayudar sin invalidar.
Cómo estar presentes sin imponer.
Cómo corregir sin desalentar.
Cómo guiar sin controlar.
Cómo amar y dejar en libertad.
Obvio la autora no habla de recetas mágicas, si no de trabajo en conjunto, así que todavía nos queda mucho por recorrer. Mucho trabajo por hacer, sobre todo para que Leonardo poco a poco entienda algunas cosas y que no le mandemos señales equivocas de lo que estamos haciendo por él.
Nadie dijo que es fácil educar a un hijo y en ocasiones tanta información te confunde, unos te dicen que hagas algo, otros te dicen lo contrario, sólo quiero llenar a mi hijo de amor, hacerle saber que me hace feliz, que somos sus padres, que lo amamos, que queremos hacerlo feliz y que aunque no queremos equivocarnos, tal vez lo hagamos juntos, pero también juntos queremos encontrar la respuesta para ser mejores.
Esto es un proceso y como les dije ya les contaré como nos va, por el momento les agradezco por leer y por tu tiempo. Un beso.
Me intereso ese libro, lo buscare en la web a ver si lo encuentro, gracias por el dato, un beso
ResponderEliminarNo me lo vas a creer!! La maestra de mi hijo me dijo que me lo prestaría, no me lo ha dado pues espera que se lo regrese otra mamá. Así que ahí lo leeremos juntas y comentaremos no? Te aviso cuando lo tenga!! :)
ResponderEliminarCreo que yo también debo leer ese libro!! tienes mucha razón, la disciplina no está peleada con el amor, al contrario, si no nos importaran los pequeños no haríamos nada
ResponderEliminarYa me lanzo a la búsqueda del libro yo también. Gracias Jaz!
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