La verdad estoy muy contenta con lo que soy en la actualidad, sin embargo hay cosas de mi vida que efectivamente hubiera cambiado, algunas tienen que ver con decisiones propias, pero otras tienen que ver con la forma en que se me llegó a castigar de niña, a mi me toco de los dos.... castigos físicos y castigos psicológicos.
Sobra decir que estoy en contra de cualquiera de los dos...
Gracias a las mamás que he conocido en Twitter y a mujeres maravillosas que se preocupan por una crianza respetuosa y amorosa me siento cada día más comprometida con la educación de mi hijo y más alejada del hecho de repetir lo que en algún momento yo viví.
Resulta que el otro día una mamá y yo platicábamos y coincidíamos abiertamente sobre el hecho de no golpear a los hijos, pero ella me dijo "Claro los golpes no, pero puedes usar algún tipo de castigo psicológico, no crees??", lo primero que hice fue preguntarle a que se refería, me dijo que podía gritarle o si no me prestaba atención golpear fuertemente algún objeto, para asustarlo y de esa forma llamar su atención. La platica termino en ese momento porque ya era un poco tarde y las dos teníamos cosas que hacer, así que nos despedimos.
He estado pensando mucho en sus palabras, la verdad yo soy una gritona, grito mucho, todo el tiempo... es un tanto mi forma de ser.... de hecho dicen que mi hijo ya esta acostumbrado a mi voz, sin embargo cuando alguien más le grita para regañarle o jugando suelta el llanto de forma inmediata.
Yo estoy en contra de la violencia en cualquiera de sus formas, algunos dicen que los golpes del cuerpo se quitan, que el dolor se va, pero que es peor la violencia psicológica porque te daña el alma y porque al pasar los años lo recuerdas y te sigue lastimando e incluso te puede llegar a causar traumas que afecten tu relación con los demás.
Por lo anterior me puse a leer un poco sobre la violencia psicológica, encontré muchas formas y las enlisto a continuación:
- Gritos.
- Silencios.
- Culpar
- Mostrar indiferencia.
- Insultar.
- Amenazar.
- Humillar públicamente.
- Poner apodos despectivos.
- Hacer comparaciones.
- Burlarse o ser poco respetuoso.
Esta entrada tiene como propósito que busquemos cada día de nuestra vida hacer lo contrarío a lo que son estos 10 puntos. Yo tendré que empezar por modular un poco mi tono de voz para que deje de gritarle a mi pequeñito. Lo que leí también referente a los apodos es que nosotros lo podemos hacer con cariño, pero si tienen un significado feo con el tiempo nuestros hijos pueden creer que es verdad, como por ejemplo si les decimos "tontin" o "gordo", estos apodos pueden con el tiempo llegar a afectar de forma negativa, así que es mejor evitarlos, otro punto que yo dejo trabajar, también lo hago, lo de "gordo", también buscaré evitarlo cada día.
Espero que todos nosotros hagamos algo para que nuestros hijos crezcan sin traumas y sin golpes, mejor que crezcan llenos de amor, cariño y comprensión. Muchas gracias por leer.
Muy buen post Jaz! Yo tambien tengo la costumbre de hablar a los gritos y es algo en lo que estoy trabajando...Me intriga quien es la señora que te aconsejaba cobre "maltratar psicologicamente" a tu hijito... increible. un cariño enorme
ResponderEliminarYo cuando estoy muy enojada tiendo a ser muy indiferente, me pasó hace poco con Gabriel, y se que le dolió mucho... no se si más o menos que si le hubiera pegado, pero no es bueno, como dices igual deja heridas en el alma. Ahora he tratado de evitar esa actitud, y de hablar más con él, pero coincido en que es difícil cambiar nuestras malas actitudes. Tampoco recomendaría ninguno de los dos castigos, especialmente en la edad de nuestros pequeños que no entienden que los tratemos así.
ResponderEliminarBesos, nos dejaste muca tarea a todas :D
Me parece que cuando aplicamos algún tipo de castigo a nuestros hijos lo hacemos mas como una reacción a lo que ellos han hecho que nos parece mal. Yo suelo levantar la voz, aunque se que eso no mejora las cosas.... Procuro contenerme, pero de vez en cuando vuelven los gritos. Al menos controlo mejor mis manos..... Si, algunas veces se me escapo una nalgada, con ningún resultado, terminábamos llorando los dos, yo pidiendo perdón, el también me pedía perdón por lo que haya hecho, y comenzábamos de nuevo.
ResponderEliminarSuena a repetido, verdad? Parece que digo mucho eso de que pedimos perdón, nos levantamos y empezamos de nuevo..... Tal vez esa sea la clave, recomenzar cada vez que nos equivocamos. Al fin y al cabo todo en la vida es un ciclo: la lluvia, el día y la noche, la semana, la vida misma, tal vez en vez de culparnos y mortificarnos porque le gritamos a nuestro hijo, o le dejamos de hablar, como Bere, lo que tengamos que hacer sea pedir perdón y recomenzar. Los niños tienen una capacidad inmensa para perdonar y olvidar, a los pocos minutos depelear con otro niño o con nosotras, vuelven a jugar o a abrazarnos como si nada, aprendamos de ellos, que cuando aprenden a caminar y se caen, se levantan y vuelven a comenzar.
Buen post Jaz, como siempre! Supongo que el error que me daba con los comentarios el otro día, era solamente en aquel post en el que no pude comentar..... Pero aquí estoy!