Ya les he hablado de mis confusiones al momento de decidir ser madre y también como le deje la decisión a mi corazón, a mi cuerpo y por supuesto a Dios, sin embargo aún quedaba un asunto pendiente, ¿Qué haría con mi trabajo?, ¿Regresaría a trabajar después de que Leonardo naciera?, ¿Me quedaría en casa a cuidarlo?, la decisión no la había tomado, pensaba que hasta el momento de tener a mi hijo en brazos podría decidir, puede haber muchas opciones, muchas decisiones, pero yo sólo tenía dos, seguía trabajando y Leo iba a la guardería o me quedaba en casa a cuidarlo, nosotros no teníamos cerca a mamá o a la suegra, además de que ninguna de las dos podía encargarse de nuestro pequeñito, tampoco tenemos hermanas mayores o tías, nada, así que entre esas dos opciones me debatía en el día a día, por un momento en mi mente y hasta en mi corazón decidí que seguiría trabajando, amaba mi trabajo y eso que trabajaba todo el día, no me dejaba mucho tiempo para mi, entraba a las 9 de la mañana y regularmente salía a las 8 de la noche, aunque en ocasiones ese tiempo se extendía hasta las 10 u 11 de la noche, se siente muy bien trabajar, mi jefa era excelente conmigo, me tenía confianza y yo a ella, prácticamente éramos amigas, me decidí por seguir trabajando por las recomendaciones de otras compañeras de trabajo, me decían: los niños de guardería son mejores, no son berrinchudos, son más abiertos, más despiertos e incluso más populares. En ese momento pensaba: “Yo quiero un hijo así”. Sin embargo el tiempo pasaba y en el fondo no me decidía.
Aproximadamente a las 34 semanas mi doctora me recomendó dejar de trabajar, me pregunto si tenía todo listo para mi Licencia, me recomendó que lo dejara porque empecé a retener mucho liquido, yo le dije que si, que estaba bien, que ya iba a dejar de trabajar, pero no lo hice, ni siquiera comente nada con mi jefa, ella me decía: “cuando llegue el momento de aquí nos vamos al hospital, yo te llevo, si no puedo, ahí está el chofer” y yo me sentía tan bien de ser querida y mi cuerpo no se sentía mal, al menos eso pensaba yo, porque quería seguir trabajando, esa semana mi jefa me hablo y me pregunto “¿vas a seguir trabajando?”, obvio le dije que no sabía, pero entonces me dijo que tenía que decidir en ese instante porque ella no podía estar así, sentí mucha presión y sin pensar, platicarlo con nadie, mucho menos con mi esposo, le dije: “No, no voy a regresar a trabajar”, esa semana se complico, tuve que hacer entrevistas, buscar una sustituta, en casa tenía la remodelación de la cocina, mi baby shower era ese sábado, mi hermana menor se casaba el mismo día, DEMASIADA PRESIÓN, parece ser que el fin de semana paso bien, el lunes acudí normal al trabajo, pero el día martes por la mañana al ir al trabajo sufrí una caída, un desequilibrio por la misma presión de las cosas.
Día súper triste, con la caída mi hijo dejo de moverse y me sentía muy mal, tuvieron que hospitalizarme, me inyectaron glucosa para que mi hijo reaccionará y entonces le dio taquicardia, la doctora estuvo a punto de hacerme la cesárea en ese momento, pero no, las cosas se equilibraron (más o menos). Leonardo Román nació de 38 semanas, la travesía al hospital y el nacimiento serán parte de otra historia, sin embargo debo resumir lo siguiente:
No regrese a trabajar, no me dio tiempo ni de decir adiós, estuve en reposo absoluto.
Tanta presión y desobedecer a la doctora provocaron que me diera pre- eclampsia y aunque yo me sentía muy fuerte pase mis últimos días en cama.
Salimos con bien, aunque el estar hospitalizados y con tantos problemas provocaron preocupación en todos los que queremos y que nos quieren.
Yo por eso recomiendo acudir siempre con un especialista, ser obediente y no tratar de ser fuertes o imitar a otras madres, al igual que los hijos, nosotros también tenemos un ritmo, todos somos diferentes y nuestro cuerpo reacciona diferente, no se trata de ser mejores o peores, cada embarazo es único y diferente. No nos presionemos y busquemos siempre nuestro bienestar y el de nuestros hijos.
Se que tomaste la mejor decisión, no sabes como envidio el que puedas estar dedicada al 100% a tu bebé, la situación actual no me lo permitió a mi por lo que busco dar la mejor calidad de tiempo a mis hijos cuando estoy con ellos ...
ResponderEliminarVaya que es complicado lidiar con las presiones de los demás!
ResponderEliminarParece que todos saben cómo debes hacer las cosas, cómo debe ser el bebé, cuánto debe pesar y medir, qué debe hacer en cada edad, y en especial si es una mamá primeriza, pero como dices, es importante seguir la intuición.
Felicidades por estar todo el tiempo con tu pequeño! debe ser extenuante, pero gratificante al mismo tiempo. Saludos y besitos a Leonardo
Princesa, el tiempo de calidad es súper importante para los hijos, te lo digo por experiencia. Eres una súper mamá.
ResponderEliminarBere: Muy cansado, pero súper feliz, estoy viendo cada logro a cada momento y me siento muy bien. Gracias.